Magistri

Mayo 2014.
 
Hoy puedo decidirme. Últimamente, pocas veces me siento a mi lado en las viejas sillas de madera noble que comparten brazo y piernas, unidas pero contrariamente dispuestas, donde Yo miro en un sentido y Yo hacia el opuesto, y conversamos. Quiero continuar con un nuevo libro de relatos. Sí, me digo bien; un nuevo libro, semejante a adivinar un rostro que con el tiempo logra tomar forma en un rincón de las frías paredes del Cuartel de Invierno. No sé, puede que sea mi imaginación o solo un inocente deseo, a veces veo lo que no está escrito.
Tampoco estoy tan solo. Acaricio una figura de mármol crema, el Lector Anónimo, ese alguien que anda detrás de mí, siguiéndome por las calles, entreabriendo puertas a mis espaldas o infundiéndome calma sin dejarse ver. La Lectora Anónima, Eleá, él o ella, la nombro en tercera persona —si segunda estaría demasiado cerca, podría asustarme—. Quiero pensar que me acompañará sin decirme nada, ni una sola palabra, solo con su presencia, sonrisa en aire. Paciente.
¿Ves? Mi compromiso ya tiene quien le quiera y a mí quien me lea sin dañarme en exceso.
 
[Reparto las primeras cartas. Según RAE:
Maestro: Persona que enseña una ciencia, arte u oficio/Enseñar: Instruir, doctrinar, amaestrar con reglas o preceptos/Saber: Tener habilidad para algo, o estar instruido y diestro en arte o facultad/Amistad: Afecto personal, puro y desinteresado, compartido con otra persona, que nace y se fortalece con el trato/Afecto: Cada una de las pasiones del ánimo como la ira, el amor, el odio… y especialmente el amor o el cariño.
Sé que maestra, maestro, es aquel, es aquella que transmite su saber. El auténtico saber es de difícil medida y más aún: impagable. ¿Cuánto vale lo que me has enseñado? Nada. Valer, no vale nada. Todo. Valer, lo vale todo. —El funámbulo avanza y retrocede entre estos dos extremos, buscando tierra firme bajo sus pies—. La deuda amaestrada jamás podrá pagarse, solo puede mal devolverse con la amistad]
 
¿Cómo voy a hacerlo? Añadiré las historias, sus estacas, una a una, a medida que vayan tomando forma entre las frías paredes del Cuartel de Invierno. Palabra.
 
 
Julio 2016.
 
Hoy doy por terminado mi último relato, “La Maestra del Ahora”, con él cierro el libro Magistri y lo bajo a la bodega. Estoy contento, he podido dibujar un bello rostro. También cansado. Cada relato lo he vivido intensamente. Quizás sea esta la razón por la que no he desfallecido: intentar vivir.
Algo ha cambiado en mí, natural. Adiós Eleá. Ya no quiero que me acompañes: necesito romper las últimas cuerdas que me unen a esta pobre realidad, estoy más fuera que dentro. Un beso y un abrazo. Es lo mejor, lo que queda escrito.

 
May 2014.
 
Today it’s up to me. I haven’t really been sitting next to myself much lately, on those old wooden seats that share arms and legs, all joined together but in opposite directions. I sit facing one way, and I sit facing the other, and we chat. I’m writing a new storybook. Yes, I said that right; a new book, a bit like trying to identify a face that in time forms its own shape in a cold corner of the Winter Barracks. I don’t know, perhaps it’s my imagination or just an innocent wish, I sometimes see what is not written.
I’m not even really that lonely. I stroke a figure made of creamy marble, the Anonymous Reader, that someone walking behind me, following me down the streets, opening doors behind my back or instilling calm and tranquillity in me with without ever showing himself. The Anonymous Reader, him or her, as I must refer to it in the third person — if he does it again he would be too close, I’d start to be afraid. I’d like to think that he’d walk with me without saying anything, not even a word, just his presence, a smile in the air. Patiently.
See? My commitment has already found a lover, and I too have found a reader who will not hurt me too much.
 
[I start handing out the first letters. According to the Royal Spanish Academy:
Teacher: A person who teaches a science, art or trade/To teach: To instruct, to train via rules or precepts/To know: to have a capacity for something, or to be informed and skilled in art or faculty/Friendship: personal affection, pure and disinterested, and shared with someone else, born from and strengthened by contact/Affection: Each of the passions of the soul, such as rage, love, hate… and especially hate or tenderness.
I know that a teacher, male or female, is someone who shares their knowledge with others. Genuine knowledge is unmeasurable and priceless. How much would you charge me for what you’ve taught me? Nothing. In terms of price, it’s worthless. Or maybe everything. Everything has value — the tightrope walker advances or recedes between these two extremes, always looking for firm ground beneath his feet. Trained debt can never be paid off — it can only be compensated (badly) with friendship.]
How will I do it? I’ll add the stories and their stakes, one by one, while they take shape among the cold walls of the Winter Barracks. Promise.
 
July 2016.
 
Today I finished my last story, "La Maestra del Ahora", I closed the book Magistri and I have gone down to the cellar. I'm happy, I could draw a beautiful face. Also tired. I intensely lived every story. Perhaps this is the reason why I have not fainted: try to live.
Something has changed in me, natural.
Goodbye Eleá. I do not want you to come with me, I need to break the last ropes that bind me to this poor reality, I'm more outside than inside. A kiss and a hug. It is best, what is written.